sábado, 19 de mayo de 2018

EL niño iba a la escuela todos los días por el mismo camino, casi sabia de memoria que cruzaría la calle desierta, que en la siguiente esquina habría dos personas grandes, vestidas igual, siempre con caras de sueño, un chico con mochila y auriculares puestos. Dos cuadras mas y a lo sumo algún perro suelto que se acercaba a  menearle la cola mientras seguía un rato. A media cuadra de la escuela se empezaba a cruzar a sus compañeritos, algunos iban en grupos, otros con los padres. Nada variaba y ya no lo sorprendía nada, pero ese día fue distinto. Se sustrajo de sus pensamientos cuando los gritos fueron muy altos. vio como corrían algunos y armaban ronda, las voces se sentían alteradas, reconoció a su amigo corriendo para poder llegar antes a mirar, de repente alguien se tapaba los ojos, unas nenas de primero lloraban agarradas de su mamá. Un torbellino de gente, gritos, miedo, llego la policía. El no había visto nada, solo los gritos, el miedo en las caras de sus amigos. Más tarde supo que un señor ataco a una de las maestras. Lo supo cuando su maestra no se presento a dar clases. al otro día, le dijeron que no harria clases y su papa le explico que la seño Andrea ya no seria su maestra.

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